En el gran tablero político de la Nebulosa Helix, la joven reina debe navegar por la traición y el engaño para mantener su trono y prevenir una guerra interestelar.
La sala del trono de la Nebulosa Helix era un gran espectáculo. Gases iridiscentes giraban alrededor de la gran sala ovalada, proyectando un resplandor de otro mundo en el rostro juvenil de la Reina Lyra. Se había visto obligada a madurar rápidamente, asumiendo el trono cuando su padre fue misteriosamente asesinado. El consejero de su padre, el astuto y manipulador Visir Yorick, había sido su compañero constante desde que ascendió al trono.
Sus intenciones eran tan opacas como el espacio profundo fuera de la Nebulosa. Una delegación del rival Imperio de Andrómeda llegó, sus naves estelares como dagas relucientes en el corazón de la nebulosa. Exigieron la rendición de la Nebulosa Helix, culpándola de un reciente ataque a su territorio. Lyra sabía que era una mentira; olía a la astucia de Yorick.
Tenía que andar con cuidado, consciente de que cualquier movimiento en falso podría sumergir a la galaxia en la guerra. Convocó un cónclave de todos los cuerpos celestes, un movimiento arriesgado que podría consolidar su poder o llevar a su caída. A medida que avanzaba el cónclave, Lyra navegó hábilmente por el campo minado político. Desveló pruebas de la traición de Yorick, cambiando la marea a su favor.
El Visir fue arrestado, y el Imperio de Andrómeda retiró su demanda. Pero el daño a la reputación de la Nebulosa ya estaba hecho. Sabía que el juego estaba lejos de terminar. Este era solo el primer movimiento en una gran partida de ajedrez interestelar.
Mientras la joven reina miraba hacia la nebulosa en espiral, se preparó para las batallas que vendrían. El Juego de la Nebulosa había comenzado.