
Los astrónomos están celebrando un descubrimiento cósmico extraordinario, ya que NASA ha anunciado que su famoso Telescopio Espacial Hubble y el Observatorio de Rayos X Chandra han capturado un evento raro que pocas veces se ha presenciado en el universo: un agujero negro único devorando una estrella. Esta observación en colaboración ofrece valiosos conocimientos sobre los entornos extremos donde los agujeros negros y las estrellas se encuentran, profundizando la comprensión de la humanidad sobre algunos de los fenómenos más dramáticos del universo. El trabajo en equipo entre estos dos telescopios de vanguardia demuestra una vez más cómo la astronomía en múltiples longitudes de onda puede revelar los misterios de la violencia cósmica en galaxias lejanas [1].
El poder combinado del Telescopio Espacial Hubble, que observa el universo en luz óptica y ultravioleta, y el Observatorio de Rayos X Chandra, que escanea emisiones de alta energía, ha permitido a los investigadores identificar un posible nuevo ejemplo de un agujero negro desgarrando una estrella en un proceso conocido como evento de disrupción de marea. Estos eventos no solo son visualmente impresionantes; son científicamente fundamentales para entender cómo los agujeros negros crecen al consumir la materia circundante y cómo pueden influir en las galaxias que los albergan. Tales avistamientos tan raros solo son posibles cuando el universo conspira para mostrar una estrella que se acerca de manera fatal a la inmensa atracción gravitacional de un agujero negro [1].
Lo que hace que este descubrimiento sea aún más emocionante es la capacidad de presenciar el evento en tiempo real a través de diferentes formas de luz. La visión de Chandra en rayos X resalta el gas caliente que gira alrededor del agujero negro, mientras que el agudo ojo del Hubble confirma los cambios visibles y ultravioleta que ocurren a medida que la estrella es desmenuzada. La danza dinámica entre los telescopios es vital para entender cómo fluye la materia, se calienta y eventualmente desaparece dentro o alrededor del agujero negro. Más allá del mero espectáculo, estos hallazgos podrían afinar nuestras teorías sobre la vida—y a veces muertes violentas—de las estrellas en galaxias distantes.
Estos logros subrayan la importancia de seguir invirtiendo y cooperando internacionalmente en la astronomía espacial. Los observatorios modernos son ahora capaces de enfocarse en fenómenos específicos y, al mismo tiempo, lanzar redes amplias para captar eventos inesperados. Mientras los científicos ya miran hacia las posibilidades de futuros telescopios grandes—en la Tierra, en órbita e incluso en la Luna—la continua productividad del Hubble y el Chandra demuestra el valor duradero de estos observatorios veteranos [1].